Querida Majestad: ¿Qué tal anda? He sabido de su enésimo paso por quirófano y no he podido evitar preocuparme, soy tan fan. Cómo ha cambiado el cuento, hace nada le profesaban su cariño incondicional “gentes de cien mil raleas”: comunistas, franquistas y hasta funambulistas. Por no hablar de ese mantra casi unánime: “No soy monárquico, soy juancarlista” que es casi como decir: “No me gustan los Beatles pero soy johnlennista”. Ahora, ya lo ve, le critican hasta algunas señoras vetustas que en los setenta admiraban su estilo de vida y pedían en
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cansina
La cerveza salvó millones de vidas en la Europa Medieval/c8#c-8