Nana es una perrita adiestrada para ayudar a personas con discapacidad o con enfermedades como el autismo, alzheimer o parálisis cerebral. Su labor, dicen los especialistas en terapia ocupacional, es encomiable por los éxitos conseguidos. De ahí que Nana acudiera esta semana a la Universidad de Zaragoza a impartir una clase. La de Zaragoza es la única universidad del país que ofrece una materia reglada y oficial de estas características. Y Nana el primer perro que ha participado en una de estas clases impartidas en la Escuela de Ciencias
Comentarios
Es muy loable.
Pero he tenido ocasión de ver a estos perros en acción, en concreto en un gimnasio donde la pobre chica medio invidente llevaba un perro.
Se llega a ciertas conclusiones:
El perro es un robot, se tira horas sentado sin moverse ni pestañear.
Está alicaído, con una expresión de resignación increíble.
No es de recibo someter a un animal a ese trabajo forzado, pasarse horas esperando al dueño en un aula de gimnasio.
Personalmente, es molesto tener a un perro en zonas como gimnasios o aulas.
Para estos casos, existe una red de voluntariado que alumnos ayudan a los invidentes dentro.
Supongo que el bien de la persona predomina sobre el animal..