Discreta o abiertamente, los extremistas de derecha han consolidado sus redes de contacto con los conservadores italianos en la calle y en la política. Los límites entre los unos y los otros se desdibujan cada vez más.
"Cuando los encuestadores les preguntan quiénes han sido los mejores estadistas, los italianos siempre consiguen que Mussolini aparezca en los primeros lugares del ranking. Y es que el dictador cuenta con admiradores no sólo entre los neonazis locales, sino también en los sectores conservadores de la sociedad. Ideológicamente es poco lo que parece distinguir a un fornido cabeza rapada de Milán, Verona o Roma –bastiones neonazis por excelencia– de un elegante nonno (abuelo) que simpatiza con los discursos de Mussolini".
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"Cuando los encuestadores les preguntan quiénes han sido los mejores estadistas, los italianos siempre consiguen que Mussolini aparezca en los primeros lugares del ranking. Y es que el dictador cuenta con admiradores no sólo entre los neonazis locales, sino también en los sectores conservadores de la sociedad. Ideológicamente es poco lo que parece distinguir a un fornido cabeza rapada de Milán, Verona o Roma –bastiones neonazis por excelencia– de un elegante nonno (abuelo) que simpatiza con los discursos de Mussolini".