Hace 14 años | Por --136875-- a abc.es
Publicado hace 14 años por --136875-- a abc.es

«En el vasto mundo anglosajón hay una cosa que impresiona más que el final de la guerra en sí: el de los campos de concentración alemanes». El que así se expresaba era Carlos Sentis, un enviado especial de ABC que, en 1945, cuando la II Guerra Mundial vivía sus últimos episodios, se convirtió en uno de los primeros periodistas del mundo en visitar el campo de concentración de Dachau… cuando aún se hacinaban, allí, miles de prisioneros polacos moribundos. El campo de exterminio, en las afueras de Munich, fue liberado por la 20ª División...

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Por sus barracones pasaron más de 200.000 prisioneros a los largo de los 12 años que estuvo en funcionamiento. Cuando Sentis pasó por allí, además de polacos –«los más serios y reservados»– estaban hacinados, en las peores condiciones, «yugoslavos, rusos, franceses, checos, italianos, belgas, holandeses y alemanes, entre otras nacionalidades.

También había españoles, a los que Franco abandono a su suerte, y los que sobrevivieron les quito la nacionalidad.