Franco lo dejó atado y bien atado. Cada día, un grupo de niños “bien adiestrados” cantarían en la basílica del Valle de los Caídos para dar mayor solemnidad a las misas por los muertos “de la gloriosa cruzada”. Así lo quiso Franco y todavía nadie ha cambiado el rumbo de sus designios.
Comentarios
Todo Gran Hombre de Estado tiene su propio mito
Los niños de Brasil, y ahora, los niños clones de Franco
Sí, Sí que capen a los niños!! POr fascistas!!