Cuando el 9-M comenzó a repartir castigos, también se detuvo en él. En Joan Herrera (Barcelona, 1971). En Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). Le robó 53.000 papeletas, el 0,9% de los votos. Le quitó un diputado. Le condenó a ser la única voz de su partido en Madrid. Aparte y distinta a la de IU.