Hace 14 años | Por natrix a blogs.publico.es
Publicado hace 14 años por natrix a blogs.publico.es

Nuestra mano presenta una particularidad única entre las especies vivas de primates. La longitud del pulgar, su notable musculación y la gran cantidad de terminaciones nerviosas de la yema del dedo se han modificado a lo largo de nuestra genealogía, para conseguir una adaptación de una enorme importancia: la pinza de precisión. El equipo del Profesor Salvador Moyà-Solà, que desarrolla sus investigaciones en el Institut Català de Paleontología, ha realizado un trabajo muy detallado desde hace años en yacimientos catalanes.