En el Mar de Alborán, entre la costa andaluza y la norteafricana, las aguas del mar están divididas en capas según la profundidad ya que penetra agua del Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar, formando una capa encima del agua, más salada, del Mediterráneo. En el interfaz entre ambas capas se observa un cambio rápido en salinidad (haloclina), en temperatura (termoclina) y en densidad (picnoclina) que permite la formación de ondas (solitones), llamadas ondas de aguas profundas, que son visibles en fotografías espaciales.