La despoblación rampante que sufre la España rural tiene un funesto factor cualitativo que la aboca a tiempos peores: son las mujeres, en edad productiva y de procreación, las que se están marchando. Los hombres de la misma edad van cayendo en la soltería y han quedado atrapados en el negocio familiar que, en tiempos, facilitaba la vida y hoy ha perdido mucho brillo y rentabilidad. La masculinización llega a niveles preocupantes en algunas zonas, donde se da un reparto de sexos similar al que se encuentra en ciertas partes del mundo como China.
Comentarios
Eso no es ningún problema. Que importen mujeres del Este de Europa y ya no querrán volver a ver a una española ni en pintura.