Hace 10 años | Por lorenzolamas a lasprovincias.es
Publicado hace 10 años por lorenzolamas a lasprovincias.es

El olor de un perfume, de una rosa, de una comida o simplemente de un vestido pueden provocar el miedo más pavoroso a una persona. Nada tienen que ver que el aroma de la colonia lo despida un bebé, la rosa adorne un ramo de novia, la comida sea servida en el mejor restaurante o el vestido lo lleve la pareja. Lo que para una persona puede ser de lo más placentero, para otra puede producir auténtico terror.