El hilo de seda del que penden las arañas posee unas propiedades físicas asombrosas: es tan fuerte como el acero y cinco veces más resistente que el Kevlar, material que se usa en los cascos o en los chalecos antibalas. Pero también tiene importantes características desde el punto de vista médico, ya que es biodegradable -el organismo lo absorbe sin problemas de toxicidad- y favorece el crecimiento celular.