Esta pregunta se la hizo mi prima de cinco años cuando vio a un niño en un documental de la televisión que no tenía cama, juguetes, comida, ni podía ir al cole, pero a pesar de todo jugaba con una lata rota y sonreía. Ella no lo entendía porque, aun teniendo todo eso, no sonreía siempre como lo hacía ese niño.
Se trata de un tema terrible, aunque conocido, y algunas de las fotos rompen, pero lo que realmente llama la atención es que una niña de 5 años anteponga y valore el entorno de un niño a su sonrisa y su juego.
Da qué pensar, es evidente que ese entorno es malo, pero quizás el de la niña que tiene ese criterio y selección tampoco es el más indicado.
Siendo crío, me regalaron un coche miniatura. Jugaba yo con mis compis de barrio, mientras ellos arrastraban una piedra haciendo "vromm vrommm". Y curiosamente se divertían tanto o más que yo con mi perfecta imitación micromachine.
A día de hoy, a los críos (afortunados claro) se les inunda con regalos, juguetes, tecnología; Pero creo que cuanto más tienen más infelices pueden llegar a ser por no saber apreciar el valor (que no precio) de las cosas.
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Se trata de un tema terrible, aunque conocido, y algunas de las fotos rompen, pero lo que realmente llama la atención es que una niña de 5 años anteponga y valore el entorno de un niño a su sonrisa y su juego.
Da qué pensar, es evidente que ese entorno es malo, pero quizás el de la niña que tiene ese criterio y selección tampoco es el más indicado.
Siendo crío, me regalaron un coche miniatura. Jugaba yo con mis compis de barrio, mientras ellos arrastraban una piedra haciendo "vromm vrommm". Y curiosamente se divertían tanto o más que yo con mi perfecta imitación micromachine.
A día de hoy, a los críos (afortunados claro) se les inunda con regalos, juguetes, tecnología; Pero creo que cuanto más tienen más infelices pueden llegar a ser por no saber apreciar el valor (que no precio) de las cosas.