Me doy cuenta de que se puede ser aséptico y la vez perder la objetividad. Se puede ser de los que nombres neutrales de la primera lista y caer en las torpezas de los de la segunda. Se puede explicar a la perfección eso de que “la clase política actual me da noventa y nueve patadas” y al mismo tiempo defender a uno de los candidatos actuales con el argumento (no falto de razón) de que “de lo malo, siempre se prefiere lo menos malo”...
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Cuando lo escriban los robots
cuando los periodistas den las noticias y se olviden de su tendencia política y de los intereses económicos de su empresa.