No hay nada nuevo en que se presione a los periodistas para que revelen sus fuentes. No hay nada nuevo en preguntar de dónde has sacado esta o aquella noticia: la única novedad es la desvergüenza en el modo de hacerlo, los métodos, y el apoyo tácito que veo en la sociedad a esa presión contra el que informa.
No hay más que verlo aquí: en cuanto comienza una polémica, siempre hay media docena de personas preguntando pro las fuentes. La fuente soy yo, que firmo el artículo, y si no te gusto como fuente, no me crees, o no te parezco fiable, pasas de mí y tan campantes. Pero no voy a darte mi fuente: porque no puedo, porque no quiero, o porque lo considero una mala costumbre.
Sin embargo, hay casos en los que el informador se ve muy fuertemente presionado para revelar sus fuentes, y en esos casos, hay que echar mano del viejo manual: mentir. Pero no de cualquier manera. Hay que mentir de una manera determinada.
Cuando el interesado en ocultar un tema te pregunte por tus fuentes, señala SIEMPRE a su entorno. No desveles la fuente, pero cuando simules ceder, señala a su mujer, a su madre, a sus hijos, o a sus socios. Cuando te pongan entre la espada y la pared, da a entender que nadie los quiere y todo el mundo está encantado de traicionarlos. Cuando te amenacen, da un nombre que haga daño.
Miente. Sin el menor recato. Sin la menor vergüenza. Al que te pregunte por tus fuentes, cuéntale una milonga dañina, no una mentira inofensiva cualquiera. Preguntarle a un periodista por sus fuentes es una agresión que debe tener su respuesta: antes de publicar una información comprometida, piensa qué fábula contarás cuando te exijan revelar las fuentes, y procura que la fábula sea tóxica par el que ejerza la presión o realice la pregunta. Porque si la información es poder, la desinformación, ¡ni te cuento!
Si a algún informador joven le sirven de algo los consejos de este viejo cocodrilo, doy por amortizada mi participación en este sitio.
Comentarios
Cuáles son tus fuentes... Pues mira suelo usar cómic sans. Y se alejará con asco
#2 Tampoco buscas que te despidan.
#0 Respeto lo que dices y lo entiendo desde la perspectiva del informador. De primeras, revelar la fuente puede ponerla en peligro, luego, puede poner en peligro tu trabajo, más aún la posiblidad de que consigas más en adelante fuentes, sobre todo si no confían en que vayas a mantenerlas anónimas.
Ahora bien. Viviendo en un mundo de posverdad, de fake news, de medios sobre medios hablando de "hechos objetivos contrastados" completamente opuestos e incompatibles entre sí al mismo tiempo como la verdad, de informaciones sobresaturadas, medias verdades, clickbaits sacacuartos, publirreportajes disfrazados. Cuando ese es el pan de cada día cuando lees, escuchas, abres cualquier medio. Es lógico que el público general, en el que me incluyo, intente ver a qué puede aferrarse para creerte. Se parte de la base de que lo último que van a hacer de primeras es creerte, a no ser que por sesgo les convenga la información que les das. Igual que hay que entender que es irracional. Si yo leo que me dices: "la fuente es Paco Perico Palotes, hijo de tal" yo no voy a ir a comprobarlo, nadie va a comprobarlo, es completamente absurdo ponerlo como fuente. Si se pide es porque eso es, al menos, algo. Los medios de comunicación tienen un descrédito generalizado que se han ganado. Quizá la lección a enseñar, si eres un veterano en el periodismo, e imagino que es el caso, a los de tu gremio, no sea sobre proteger o no sus fuentes: eso deberían saberlo desde que pusieron un pie en el periodismo. Quizá el problema que viven es tener credibilidad y la autoridad suficiente para que, con su firma, se confíe en la información que comunican. Pero esa es solo mi opinión.
#5 Entiendo lo que comentas y, en ciertos aspectos, estoy de acuerdo contigo. Es verdad que los medios de comunicación tienen un descrédito, cada vez mayor, pero también es cierto que estamos cargando las tintas contra el o la periodista que firma el artículo o cubre la noticia. Craso error ya que, en la gran mayoría de los casos, no es el o la firmante quien debe recibir las cargas de profundidad ni el fuego de artillería, sino la editorial responsable de periódico y/o la cadena en cuestión.
Dicho esto, el caso del que se está hablando es un ataque concentrado, precisamente, en el último firmante, el último eslabón, la parte más, si queremos verlo así, vulnerable de la noticia.
Es verdad lo que comentas, como he dicho, sobre las fake news y todo lo que las envuelve pero no es menos verdad que la capacidad de crítica y análisis por parte del receptor/a de las noticias que llega es, en la mayoría de los casos, inexistente.
#8 Tío también quiero proponer una parte del debate en el que no se entra. Aquí por lo menos hay debate, que si se oye la radio la verdad es que genera debate sobre esto en particular y cargan contra "el funcionario que revela" y no contra el periodista que aprovecha la información.
Quiero entrar ahí. Un sumario secreto trasladado a una noticia puede revelar parte de un operativo policial o el nombre de un testigo al que urge entrevistar (poniéndole en peligro, por ejemplo). Los testigos del caso Crusach este están bastante acojonados de hecho.
Mi planteamiento es un poco excesivo para escenificar lo que planteo.... Si alguien encarga un robo o un asesinato esta induciendo un delito y si le pillan supongo que es culpable tanto asesino como inductor pero..... En esto.... Si un periodista paga a una fuente para coger esa información de un sumario (entiendo que habrá fuentes solidarias pero vamos, que me creo más que no se juegan su puesto por nada) el funcionario será culpable de delito de revelación de secretos si, pero realmente no entiendo porque al inductor de ese delito el gremio periodístico en general lo considera inocente cuando para otros delitos sería evidentemente culpable. No es una comparación irónica. Realmente no entiendo porque inducir un delito es diferente de inducir otro distinto.
#5 Estoy de acuerdo contigo, y te diré más: el descrédito ha venido no tanto de falsear fuentes como de tragar. Tragar fuentes que sabes que son interesadas. Tragar ruedas de prensa sin preguntas. Tragar publirrepiortajes encubiertos a cambio de silencio. Mis problemas en este mundillo han venido más de las cosas que NO se publicaron que de las que si se airearon.
En el mundo de la comunicación desatada, nadie tiene tiempo de contrastar nada. En eso se basa la wikipedia, pro ejemplo, y no en un a mínima calidad de contenido, que lña tiene a veces,. casualmente, y la pierde otras, casualmente también.
Pero pìénsalo: si yo, Feindesland del Quinto Carajo, no te parezco suficientemente creíble, tampoco te lo parecerá ninguna fuente que yo aporte, ni cualquier testimonio que yo cite. El recurso a pedir fuentes se utiliza, con demasiada frecuencia, para desviar o paralizar el debate.
¿O no?
Saludos
CC #8
#15 Pues no, la fuente anónima equivale a noticia no creíble, a no ser que se aporten datos que se puedan corroborar, y se debe hacer, los medios de comunicación son empresas con intereses, los periodistas no son seres de luz que viven por la búsqueda de la verdad, son también trabajadores.
Ahora bien, la mayoría de noticias de investigación en España son filtraciones de sumarios que tarde o temprano se harán públicos, ¿qué motivación tiene la fuente de las filtraciones cuando lo único que hay en juego es quién se lleva la exclusiva?, pues no sé, tiendo a creer que es económico
#15 "Estoy de acuerdo contigo, y te diré más: el descrédito ha venido no tanto de falsear fuentes como de tragar. Tragar fuentes que sabes que son interesadas. Tragar ruedas de prensa sin preguntas. Tragar publirreportajes encubiertos a cambio de silencio. Mis problemas en este mundillo han venido más de las cosas que NO se publicaron que de las que si se airearon".
Te doy la razón. Y creo además que es por una cuestión que no creo que deje de perturbarme nunca. Vivimos en democracias, eso implica dos cosas, por un lado la firme creencia en la legitimidad de las decisiones de los ciudadanos y por otro la disposición de medios para que esas decisiones se manifiesten en distintas fuerzas cinéticas alrededor de la estructura legislativa y ejecutiva del país. Ahora bien, al igual que si yo actuase sin el sentido del tacto mi cuerpo acabaría herido por mucho que tenga en un principio el control sobre él, si la ciudadanía tiene información incompleta (información más incompleta que la ideal, la información completa frisa lo improbable) sus decisiones se les estarían arrebatando y con ellas el control del país y todos los presupuestos sobre los cuales se considera que la democracia puede maniobrar, existir y operar como tal.
Ahora bien, vivímos en países grandes, en ciudades inmensas, apartados entre nosotros por kilómetros de las fronteras que abarcan el conjunto de lugares sobre los cuales nuestras decisiones como ciudadanos van a acabar repercutiendo. Los medios de información son algo clave y necesario para que exista el conocimiento que permite que vivamos en una democracia. Los periodistas sois la atención de la sociedad, la llamada a la vista del pueblo y los dedos que nos permiten mirar a la luna. La separación de poderes existe para que el poder no se vuelva una matrioska en la que solo hace falta encontrar el punto a partir del cual puedes controlar el resto de poderes para dominar el Estado. Los medios de comunicación al poder influir directamente en la población tienen en sus manos una herramienta de influencia colosal tanto sobre el legislativo como el ejecutivo, y con ello también el judicial. Y este es un problema muy grande, porque los medios en su mayor parte son empresas, y como tales tienen unos intereses concretos que son distintos que los de gran parte de la ciudadanía, que es asalariada. La ciudadanía depende de su rival político para poder decidir en política. Ahí el intermediario, las patas del ciempiés sois los periodistas. Depende enormemente de vosotros que podamos vivir en una democracia. La falta de credibilidad es la sociedad siendo refractaria a los intentos de manipulación sobre ella. Como has dicho, más importantes son los silencios que lo que se dice. En esto dan igual las fuentes, la misma razón por la que hacen falta periodistas es la misma por la que las fuentes no van a poder servir al público general para discernir verdad de mentira. Solo hace falta creer.
Kant cuando explicaba por qué era más razonable un sufragio censitario a uno universal, argumentaba que, por ejemplo, si una empresa tiene treinta trabajadores, lo que ocurriría sería que el empresario tendría treinta y un votos. Al final, si el periodista pasa hambre, tiene un trabajo precario, vive el paro en su sector, unas malas condiciones, unos sindicatos probres, es carne de ser depredado por las empresas, de tener que bajar la cabeza para poder comer. Un periodista que acaba siendo un pelele de un medio es, al final, otro foco de poder para el medio. Hace falta una huelga de periodistas, que se organicen, que reclamen para ellos y para la sociedad la información a la que todos tenemos derecho.
Eso es lo que creo.
A la gente que no son borregos leyendo su panfleto favorito (me da igual ideología ahora mismo) no le suele interesar demasiado el nombre de quien proporciona las pruebas. Lo que le suele interesar es que existan pruebas de que lo que dice el informador es cierto.
Las fuentes, los que te contaron el secreto para que investigases por tu cuenta o los que te dieron las pruebas directamente en la mano, no son del interés de nadie. La posibilidad de verificar que lo que dice el informador es cierto, sí es del interés de su audiencia.
Si tú me cuentas en tu periódico que has descubierto al asesino de tal crimen y que ese asesino es Perico Martínez, famoso empresario de pipas de girasol, yo te voy a pedir pruebas que verifiquen claramente que lo que dices es cierto. Si me demuestras (tú, no tus fuentes a quienes no conozco y quienes me dan igual) que lo que dices es cierto, no hay más que hablar.
Si tú en cambio no me das la más mínima prueba verificable que pueda corroborar lo que dices y toda tu respuesta es "tengo fuentes"... evidentemente voy a preguntar qué fuentes son esas, ya que si tú no me puedes probar lo que dices tendré que probarlo yo yéndome al mismo sitio de donde lo sacaste tú.
Un artículo periodístico que pretende informar a la gente de algo y que no sólo no aporta ni una miserable prueba de ese algo, sino que además se basa enteramente en "las fuentes del periodista" y que nos tenemos que creer porquesí, es un artículo que no tiene el más mínimo valor y que muy probablemente no sea más que propaganda y desinformación por parte de una agenda política determinada. Muy típico y común en estos días, por cierto. Se ven muuuuuchos "medios de comunicación" por internet cuya única fuente son... otros medios de la misma línea ideológica Uno la suelta, los otros la replican, se retuitean los unos a los otros... y cuando vas a buscar las pruebas sencillamente no existen, sólo ves citas circulares de unos a otros.
#23 Muy bien explicado.
#23 Totalmente de acuerdo.
pero te centras en un caso que no suele ser real. Cuando dices, pro ejemplo, que el Corte Inglés obliga a hacer horas extras, el gerente está desesperado pro saber cómo te enteraste. pues a él le importa más reprimir al soplón que atajar el problema, pues él mismo es quien genera el problema.
Eso mismo sucede con la corrupción, con la prostitución, etc.
En la función pública, muy en especial, se trata de cazar a la oveja negra, al que lavó el trapo fuera de casa y al que rompió el sagrado corporativismo. Si hay una puerta o no para salir sin fichar, importa una mierda. Lo que importa es quién lo ha contado.
Y ahí es donde hay que mentir y decir, por ejemplo, que el representante sindical. O el jefe de negociado. Y suerte...
Sólo hay dos razones para mentir sobre las fuentes: que la fuente corra peligro si se revela, o que todo sea mentira.
"¿esa maleta llena de billetes? seguramente se la dejó el montador de Ikea"
#1 hay una tercera, que es acostumbrar a la gente a que no pregunte lo que no debe. Por ejemplo, cuando me preguntan por qué no tengo hijos digo que porque estuve muchos años en la cárcel. Y a cascarla.
#3 La próxima vez responde "Porque tu madre ya ha llegado a la menopausia" y nos cuentas que responden
#4 OHH! Esa me la apunto. Una coña clásica "tu madre..." estilo noventero, muy buen espécimen.
#3 a mi cuando me preguntan cosas personales, de este tipo, contesto, "eso no es asunto tuyo". y ahi se acaba todo. es mas educado y firme.
#3 Por ejemplo cuando a mi me preguntaron en una entrevista de trabajo en un colegio concertado por las actividades religiosas y de la parroquia en las que participaba, mi respuesta fue "eso es un asunto privado mío". Igual tienes razón y debería haber mentido y contarles lo mucho que trabajaba en la parroquia, que todos los días iba a rezar el rosario, que todos los veranos me iba a África a evangelizar a los pobrecitos negros, etc, etc. y así habría conseguido el trabajo.
Pero mejor no.
También me solía pasar en clase de religión, que preguntaba cosas que no debía, y me mandaban a cascarla. Así terminé como ateo. Y como científico, sigo demasiado interesado en preguntar cosas que se supone (es mucho suponer) que no debería. Es mi costumbre y no va a cambiar.
#25 Mejor no. Hiciste bien.
#25 creo que hiciste muy bien. La firmeza esta aún mejor que la mentira...
Citar las fuentes es la mejor forma para corroborar la información. Solamente si puedes corroborar la información por otras vías está justificado ocultar las fuentes. Lo demás está fuera del ámbito de la comunicación.
#18, yo tengo mis fuentes y tú las tuyas
Pues yo no tengo problemas con mostrar mis fuentes
#17 Te falta alguna de este tipo:
mmmm, mentir, apología del libelo, toxicidad, etc... me gusta, voto positivo, mwhahahahaha
#12 Lo del libelo me da para otro artículo
jajajajajaja
Dígame cuales son sus fuentes?
Si fue Pedro, el me lo dijo
Di la verdad o ya veras.
Se lo acabo de decir fue Pedro o Juan.
Las fuentes que hay que protejer más son las que no existen.
Totalmente de acuerdo. Deberíamos estar en la calle protestando contra este ataque al estado de derecho. Pero si no salimos ya cuando se cargaron la presunción de inocencia de la mitad de la población, me da que estamos jodidos.
Cuando el río suena borbón lleva y aquí huele a emérito encerrado.
Pues nada, ya te contaremos cuando nos pregunten ....