Una videoconferencia telefónica entre Roma y Milán, en la que participaron los responsables de medios escritos y audiovisuales, fue uno de los actos centrales de la amplia protesta contra el proyecto de ley –tramitado ya en el Senado– que pretende restringir las escuchas telefónicas por orden judicial y castigar a los medios que publiquen su contenido. Relacionada: Crece la rebelión en Italia contra la 'ley mordaza' de Berlusconi