Hace 12 años | Por --196545-- a abc.es
Publicado hace 12 años por --196545-- a abc.es

Todo apunta a que el primer recorte de plantilla que pende sobre la Universidad de Córdoba (UCO) afectará de lleno al colectivo de los profesores asociados, 487 en la actualidad, aunque de éstos, hasta un máximo de 265 podrían ser los primeros en no ver renovados sus contratos. Los otros 222 asociados son docentes vinculados al Servicio Andaluz de Salud (SAS) que imparten clases en las carreras sanitarias y están más «protegidos» ante un eventual cese, según fuentes de la Universidad.

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Los profesores asociados es una fórmula a la que se han acogido las universidades para contratar personal no demasiado cualificado a precio de risa. Estos profesores son supuestos exptertos en un área profesional que entran en la facultad para dar unas pocas horas y enseñar su perspectiva en el mundo laboral, y que deberían ser una minoria en las universidades. Sin embargo, los rectores vieron que es más barato contratar a dos o tres asociados por cuatro perras que pagarle el sueldo completo a un investigador jóven, con lo que empezó a entrar gente a cascoporro, muchas veces "conocidos" de los dptos para dar asignaturas de las que no tenían ni idea, hasta el punto de que en todos los dptos hay luchas por colocar al hijo de quien o al conyuge de tal como asociado. Estan ahi unos cuantos años hasta que salía alguna plaza que podría llevarse algún investigador con tesis, curriculum, formación docente e interés por la ciencia, pero los asociados presentaban una tesis de chichinabo hecha a medias con sus amigos del dpto y con el porrón de horas de docencia, eran inbatibles en los criterios de contratación de cualquier universidad. Así se ha creado una casta de gente que, con pocas excepciones, tienen una formación científica de risa que ha ido trepando por el sistema hasta tener la universidad que tenemos. Por suerte o por desgracia, vistas las pocas posibilidades de entrar en la facultad, los investigadores jóvenes no les ha quedado más remedio que ponerse a jugar el mismo juego cutre que estos y entrar a luchar por estas plazas (con pocas posibilidades porque exigen cotización fuera de la unversidad) y por lo menos alguno conseguía agarrarse a algo de trabajo, pero ahora ya ni eso,

Las asociaciones de jóvenes investigadores llevan años pidiendo la moderación y uso justo de estas plazas y, sinceramente, no me parece mal que las quiten porque se han abusado lo que han querido. Otra cosa es que la cosa va a seguir igual, quitas a los cutres pero sigues sin meter a buenos investigadores o docentes. Es el perro con el mismo collar, la universidad necesita muchas reformas, específicas y radicales, pero esto de cortar por cortar sin poner soluciones a problemas viejos y conocidos me parece una canallada.