Hace lustros que es bien conocido en Occidente el fenómeno social que los norteamericanos etiquetaron con las siglas NIMBY (not in my back yard, no en mi patio trasero); es decir, el rechazo de las comunidades locales a la instalación cerca de sus casas de equipamientos o infraestructuras potencialmente peligrosas, o molestas, o con alguna connotación negativa, desde una cárcel a un vertedero...