El pueblo marroquí reclama, en las principales ciudades del país, el fin de la monarquía absoluta y de la corrupción. Las fuerzas del orden reprimen violentamente las manifestaciones. Varios edificios oficiales, dependencias policiales y oficinas bancarias han resultado incenciados. Cuerpos carbonizados, algunos desaparecidos y muchos heridos completan el balance da daños. Las fuerzas policiales forman grupos de paisanos para agredir a los cabecillas de las protesas. (Fuente original en fracnés: medelu.org)
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