El caso más llamativo de conflicto entre la Iglesia y la administración local en Xàtiva es el protagonizado con motivo de la titularidad de la ermita gótica del Puig. Tras décadas de abandono y ruina, la corporación socialista de la época intentó escriturar a su nombre la ermita, ya que no estaba a nombre de nadie. Nada más iniciarse esas gestiones, en torno a 1994, y pese al sigilo de las mismas, la Iglesia recibió un soplo y el Arzobispado de Valencia se anotó la ermita.
Comentarios
Y la ermita de Puig sigue siendo del clero pese a que jamás ha actuado sobre ella y no ha aportado nada a su mantenimiento ni rehabilitación, a parte de que está cerrada al culto desde hace cien años.
No sé qué es peor, uncaso como éste en el que pagamos por mantener una ermita cerrada, o casos como la mezquita de Córdoba, em la que pagamos por entrar a verla.
Y de pagar el IBI, ni hablar, claro.
Como buitres al olor de la carroña.