"El gobierno estadounidense empezaba a plantearse muy seriamente la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba. Hemingway era ciudadano norteamericano, pero también era residente en Cuba, y seguía siendo el expatriado más conspicuo y relevante de la isla a todos los efectos. Lo que Washington deseaba de él era no solo que pusiera punto final a su residencia en Cuba, sino también que diera abierta manifestación de su desagrado con el gobierno de Castro y el régimen cubano."
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Sa acabó la ginebra.