"Un año después, en 1977, el ministro de Educación publicó un documento llamado “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)”, que se impuso como lectura obligatoria en las escuelas de Argentina. Con él, pretendían criminalizar las huelgas, los sindicatos, las movilizaciones o la petición de derechos, definidos como parte del adoctrinamiento de izquierdas calificado como “la agresión marxista”. En este documento se explicaba que había un enemigo infiltrado en la sociedad, el comunismo y el marxismo, contra el que se debía luchar ya que atentaba contra los valores esenciales de la nación: los espirituales, religiosos, morales y políticos, las Fuerzas Armadas o la organización de la vida económica y familiar. Mediante este documento, además, se invitaba a la vigilancia y la denuncia entre los miembros de la misma comunidad educativa."
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"Un año después, en 1977, el ministro de Educación publicó un documento llamado “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)”, que se impuso como lectura obligatoria en las escuelas de Argentina. Con él, pretendían criminalizar las huelgas, los sindicatos, las movilizaciones o la petición de derechos, definidos como parte del adoctrinamiento de izquierdas calificado como “la agresión marxista”. En este documento se explicaba que había un enemigo infiltrado en la sociedad, el comunismo y el marxismo, contra el que se debía luchar ya que atentaba contra los valores esenciales de la nación: los espirituales, religiosos, morales y políticos, las Fuerzas Armadas o la organización de la vida económica y familiar. Mediante este documento, además, se invitaba a la vigilancia y la denuncia entre los miembros de la misma comunidad educativa."