«Una de las pruebas de la hipocresía de nuestras sociedades, que aseguran preocuparse de manera preeminente por la salud de los ciudadanos hasta el punto de castigarlos si no se atienen a las reglas dictadas desde los Ministerios de Sanidad, es el monstruoso ritmo de trabajo a que someten a esos mismos ciudadanos»
A veces pienso que en vez de servirnos de las máquinas para nuestra comodidad a veces nos hacemos esclavos de ellas. Las máquinas pueden estar 24 horas trabajando, sin diferenciar día de noche, nosotros no. Y nosotros hacemos uso de las posibilidades de las máquinas a costa de nuestro descanso y sueño. Tenemos que estar 24 horas pendientes del twitter, del facebook, de menéame, de nuestros blogs, de las últimas cosas de nuestro trabajo, de nuestra afición, hacer deporte y estar a la última de cosas de cultura.
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A veces pienso que en vez de servirnos de las máquinas para nuestra comodidad a veces nos hacemos esclavos de ellas. Las máquinas pueden estar 24 horas trabajando, sin diferenciar día de noche, nosotros no. Y nosotros hacemos uso de las posibilidades de las máquinas a costa de nuestro descanso y sueño. Tenemos que estar 24 horas pendientes del twitter, del facebook, de menéame, de nuestros blogs, de las últimas cosas de nuestro trabajo, de nuestra afición, hacer deporte y estar a la última de cosas de cultura.
Agobia.
Si, está mal repartido