Tras una pesada puerta corrediza de metal, en un rincón del enorme almacén del centro de mantenimiento que Parcs i Jardins tiene en la Via Favència, una enorme estatua ecuestre del general Franco, que recuerda sobremanera a la parodia del dictador que Manel Lucas encarna en Polònia, intimida de nuevo a quien ya había borrado de su memoria visual esta imagen amenazadora. Se trata del bronce encargado por José María de Porcioles a Josep Viladomat para agradecer al dictador la cesión del castillo de Montjuïc a la ciudad.
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Don Alejo Vidal-Quadras va cada mañana a sacarle brillo con Netol.