Hace 13 años | Por --7331-- a revista.consumer.es
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El horizonte tiznado de verde hasta donde abarca la vista se prepara para desvestirse. Artesanos de un oficio ancestral quitarán la piel al bosque. Lo que en otros árboles no supera el milímetro en los alcornoques puede alcanzar los 25 centímetros: la corteza, que se saca y se transforma mudando el nombre por corcho. De ahí que su recolecta anual se conozca como La saca del corcho. El material sobresaliente que permite conservar embotellado el zumo de uva mágicamente fermentada y descubierto por fray Dom Pèrignon.