Parece que desde que el Rey se hizo con el poder absoluto dejó de pagar las facturas de nueve de sus residencias en la capital. La deuda a principios de año se aproximaba a los 500.000 dolares. La Compañía, responsablemente, continúa enviándoles la factura. Ya saben eso de que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente.