Sus habitantes se pueden pronunciar en menos tiempo del que necesita un profesor para pasar lista. Son sólo 14, pero aún así convirtieron un pueblo fantasma en ejemplo de progreso. Y no se trata de la provincia que lleva ese nombre en el departamento del Cesar; ni siquiera del municipio San Juan de Río Seco en Cundinamarca. Se trata de un pueblo situado en pleno corazón de España, cerca de Burgos, y lo curioso es que todos sus habitantes son colombianos. Río Seco estuvo abandonado durante décadas y ahora resucita gracias a los colombianos.