Además de sustituir a los trabajadores en las fábricas, los robots ya pueden cuidar a ancianos, niños y enfermos, desfilar como modelos y jugar como mascotas. No se cansan nunca, trabajan las 24 horas del día sin detenerse para comer ni echar un pitillo con los compañeros, son puntuales como un reloj y eficientes como una máquina, no incordian pidiendo aumentos de sueldo y jamás harán una huelga.
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Hay que hacer una legislación 2.0 para seres artificiales inteligentes no-humanos.