Rusia planea mantenerse al margen de la Convención internacional contra las bombas fragmentarias, o de racimo, que entró en vigor a partir de este agosto, escribe hoy el periódico digital Gzt.Ru. Un experto militar ruso próximo a las negociaciones sobre el tema afirmó que Occidente usa la Convención, aprobada en 2008 y firmada por 107 naciones hasta la fecha, para restringir a Rusia en el uso de estas armas "eficaces y baratas". Relacionada: Adiós a las bombas de racimo