Hace 11 años | Por eclectico a noticias.es.msn.com
Publicado hace 11 años por eclectico a noticias.es.msn.com

La escena se produce en una de las puertas de embarque del aeropuerto de Sevilla. Un pasajero pretende pasar con una maleta de mano de pequeño tamaño (aproximadamente la mitad del máximo permitido por la compañía) y un tomo con las obras completas de Gustavo Adolfo Bécquer que acaban de regalarle. El diligente personal de Ryanair, o de alguna de sus subcontratas, le indica que tendrá que meterlo en la maleta para poder embarcar. El pasajero le responde que piensa leer el libro en el vuelo, si a Ryanair no le sabe mal…

Comentarios

t

Lo gracioso es que todo el artículo está escrito como si el pasajero tuviera razón. Vamos a ver, las normas de Ryanair son muy claras: un único bulto, de unas dimensiones concretas. Y te las repiten por activa y por pasiva múltiples veces desde que compras el billete hasta que embarcas.

Y si te presentas con dos bultos, da igual que el segundo sean las obras completas de Bécquer o las cenizas de tu difunta abuela. Es un bulto extra, y no puede pasar. Y con la brasa que nos da Ryanair con este tema, tiene guasa que aún haya quien se siente fruto de una terrible injusticia y clame a los cielos.