Algunas de ellas aún no han salido de la infancia y ya han pasado una parte de sus vidas en la calle o en centros y albergues de donde fueron expulsadas o escaparon. Dormir en las alcantarillas, pedir limosna o esnifar pegamento para adormecer el hambre y el frío es mejor que permanecer en casa. Sofía* perdió un ojo cuando su padre le clavó un lápiz en un ataque de furia. Estela* fue iniciada en el narcotráfico por su abuela y Leonor* era violada y quemada con una plancha por su padre. En una ocasión, tras un ataque, la creyeron muerta y (...
Comentarios
Leyendo esto creo que buena parte del mundo nos quejamos demasiado y no sabemos disfrutar de lo que tenemos, sabiendo que tenemos "suerte" de no vivir así.
Pensad por un momento si fuesen hermanas o hijas vuestras...