Sueños de juventud. Una anécdota que muchos biógrafos le atribuyen a Julio Verne es que a los 11 años se escapó de casa para embarcar como grumete en La Coralie, un barco que zarpaba rumbo a la India. Cuentan que su padre, el severo Pierre Verne, llevó de vuelta a casa al aventurero, y tras reprenderle le hizo jurar que no viajaría más que en sueños.