Hace 11 años | Por oliver7 a sociedad.elpais.com
Publicado hace 11 años por oliver7 a sociedad.elpais.com

Los especialistas reclaman más formación para los maestros de primaria y aligerar los temarios en secundaria para despertar interés y vocaciones. ¿Quién no se acuerda de un experimento que hizo en la infancia? Sajar un ojo de vaca, cultivar lentejas, crear un anemómetro o soplar un pulmón para ver que se hincha. La ciencia asombra y divierte a los niños, pero, en opinión de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), se explica mal en primaria y con una metodología arcaica en secundaria y bachillerato.

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En España se sigue un esquema pedagógico para enseñar ciencia más parecido a la Teología: "Esto es así porque lo digo yo". Se prima el conocimiento teórico frente a la práctica y esto es normal por:

España nunca ha valorado la educación, se invierte poco en ella y los laboratorios son caros. Es mucho más barato una pizarra y una tiza. La clase de fórmulas y nombre para memorizar es increíble. Te crees que la gravedad es 9,8 porque te lo cuenta el profesor. Pero luego cuesta que alguien entienda que si tiras una tiza y un borrador a la vez. llegan al suelo al mismo tiempo.

En España se valora sobre todo lo que se puede poner en un examen escrito. Si te dedicas a hacer experimentos, ¿eso como se pone en un examen escrito? Es mucho más objetivo poner problemas de fórmulas matemáticas.

En España, la iglesia es la que ha dominado la educación históricamente. Los maestros han aprendido de los suyos anteriores una forma de dar clase basada en la transmisión de conocimientos teóricos (A ver como coño demuestras o experimentas la existencia de Dios y la Santísima Trinidad) y no se ha trabajado nada de nada el que los alumnos descubran cosas por sí solos con la práctica.

POr ejemplo, es más fácil darle a los niños las tablas de multiplicar y hacer que las memoricen a proponer durante todo 2º de primaria actividades para que ellos vayan descubriendo que sumar muchas veces un número es muy común y de hacer siempre las mismas cuentas, se acaben creando su propia tabla de multiplicar.

Pero no es solo cosa de los profes. En cuanto un alumno llega a casa con algo así, que le obligue a pensar y descubrir su propia tabla de multiplicar, el padre llega y le da las tablas y se las hace aprender (porque así aprendió él).

Si los estudiantes pudieran ir al laboratorio y descubrir y experimentar más cosas en el colegio y en la ESO, disfrutarían más de las ciencias y no serían adultos tan ignorantes en lo científico.

Pero claro, hacer ciencia es cuestionarse cosas, hacerse preguntas y probar por uno mismo.

Y claro, el laboratorio es caro, ya que requiere el doble de profesores y gasto en material.