Hace 12 años | Por Soapy_Henderson a elpais.com
Publicado hace 12 años por Soapy_Henderson a elpais.com

Cuando un tuareg no ve el cielo, siente que su alma está prisionera porque los muros la han encerrado. Nosotros decimos que las casas son las tumbas de los vivos y, el desierto, la abertura del alma, cuenta Anara el Moktar, que trabaja con el grupo Tinariwen y preside la Asociación Tuareg en Francia y Europa. Junto a él, sentado sobre el césped, bajo el sol de Madrid, está Eyadou Ag...