El amianto es una de las sustancias más tóxicas existentes hoy en el mundo. (...) Cantidades pequeñísimas, como un gramo de exposición a esa sustancia, pueden matar a un ser humano. (...) ¿Cómo puede ser que una sustancia tan tóxica haya sido utilizada tan ampliamente, sabiendo desde hace más de un siglo de su elevada toxicidad? La respuesta cae en la categoría de cómo el poder económico se traduce en poder político en nuestras sociedades.
Parecido ha pasado con las gasolinas y los aditivos con plomo. De siempre se ha sabido que el plomo es tremendamente dañino para la salud, pero el lobi petrolero/automovilístico se encargó de silenciar estos efectos en connivencia con el poder político.
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Parecido ha pasado con las gasolinas y los aditivos con plomo. De siempre se ha sabido que el plomo es tremendamente dañino para la salud, pero el lobi petrolero/automovilístico se encargó de silenciar estos efectos en connivencia con el poder político.
El capitalismo mata, supongo que el 'capitalismo disfrazado de socialista' también.