Resulta que el bueno del soldado americano, que vivió un infierno, logró acabar con una célula de terroristas. Estos terroristas llevaban el dinero con ellos. Unos 20 millones de dólares, obtenidos de la extorsión que efectúan a las compañías petroleras, y lo pensaban utilizar para comprar armas en el mercado negro. ¡Ahí es nada! Y claro, se quedó con el dinero y lo tiene depositado en la cuenta de un amigo de la Cruz Roja. El dinero lo va a destinar a obras sociales en Turquía, donde han tenido que emigrar muchísimos iraquíes que huyen...
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