Hace 12 años | Por --167347-- a swissinfo.ch
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, detractor implacable de este impuesto hace una década, lo defiende hoy con el fervor de las ONG y tiene el apoyo matizado de la canciller alemana, Angela Merkel, quien preferiría verlo aplicado en toda la Unión Europea (UE). En 2012, expertos suizos de distintos dominios coinciden en que es un impuesto que apela al “todo o nada” para ser exitoso. O su aplicación es mundial, o generará más estragos que beneficios.