Publicado hace 13 años por Justin a pequenoldn.librodenotas.com

—Pero, Ven, si sólo tienes que restar… —Ah, claro, qué fácil, ¿no? ¿Y cómo resto 20-70? ¿Eh? A ver… —respondió enfadado Ven y siguió remedando a Sal —Si sólo tienes que restar, si sólo tienes que restar, nananananah… Sal se quedó un rato pensando, muy serio, mirando, sin ver, los ojos de Gauss. Éste, ante la posibilidad de que fuese requerida su colaboración, se dio media vuelta y se acostó en el suelo.

Comentarios