Hace 12 años | Por reemax a sociedad.elpais.com
Publicado hace 12 años por reemax a sociedad.elpais.com

Una vez que los tenderos desarman sus puestos, los mercadillos de Madrid muestran su realidad más cruda. Basta con que los vendedores de frutas, verduras y ropa se suban a sus coches para que aparezcan, entre los desechos, hombres y mujeres con bolsas de plástico en busca de algún alimento que todavía se pueda comer.

Comentarios

Andreas00

otro de esos dramas humanos (y se cuentan por miles, ya) que a la clase política le importa una mierda.