Sin dinero ya eres ciudadano de segunda, así que si además eres discapacitado, eres ciudadano de tercera o de cuarta. Y lo que nos queda.
Lo dice alguien que, siendo diputada autonómica, de la mano de Manuel Blasco (PAR) apadrinaba los saraos para convencernos de las bondades de la privatización de las instalaciones deportivas.
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Sin dinero ya eres ciudadano de segunda, así que si además eres discapacitado, eres ciudadano de tercera o de cuarta.
Y lo que nos queda.
Lo dice alguien que, siendo diputada autonómica, de la mano de Manuel Blasco (PAR) apadrinaba los saraos para convencernos de las bondades de la privatización de las instalaciones deportivas.