Hace 11 años | Por Ratoncolorao a elpais.com
Publicado hace 11 años por Ratoncolorao a elpais.com

Podría haber sido en cualquier lugar del mundo, pero sucedió en el cabo de Finisterre, verano de 2013, al finalizar el Camino de Santiago. Tuve que pedirle al vendedor que me repitiera su sugerencia de abandonar la tienda. Según él, mi hijo de 19 años y con alto grado de discapacidad, con su sola presencia daba mala imagen y le perjudicaba las ventas. Este es mi recuerdo de la tienda de recuerdos: humillación, injusticia, desconcierto… Muchas personas presenciaron la situación y nadie intervino.

Comentarios

D

Se queda corta, debería de decir exactamente que tienda es para que sufran vergüenza.

D

Vergonzoso. El cabrón de la tienda debería tener en cuenta que cualquiera, incluso él, podemos podemos vernos en situación de discapacidad en cualquier momento.

Ojalá pierda clientes depués de la mala imagen que dio el con su actuación.