Muy cerca del faro de Mourisca yace a veinte metros de profundidad una de las piezas de armamento más temidas por los aliados durante la II Guerra Mundial: un torpedo G7. Fue el equipamiento estándar de los submarinos alemanes comandados por Hitler, y eran tales sus prestaciones que la Marina Española, al igual que otras Armadas, llegó a establecerlo como reglamentario.
Comentarios
No! no queremos ver a fraga bañarse por alli!!
Jarl Jitler