Publicado hace 11 años por --136875-- a internacional.elpais.com

Cuando Iñaki Preciado Idoeta supo que España iba a abrir una Embajada en Pekín, inmediatamente se ofreció a Exteriores como traductor. Tenía 32 años. Por fin llegaba la oportunidad de conocer “aquella revolución por la que sentía gran curiosidad” y sacar provecho al chino que estudiaba en Madrid desde hacía una década. Al otro lado del mundo esperaba el también llamado “peligro amarillo”. La España de Franco acababa de reconocer a la China de Mao. Era el 9 de marzo de 1973, ayer hizo 40 años. La visita de Richard Nixon un año antes...