Es ilusorio pensar que tanto desastre puede solucionarse solo con la compasión de las ONG, ante la voracidad de un sistema económico;y político mundial en el que los pobres siempre son los perdedores. Catástrofes como la de Filipinas no son nuevas, nos hemos acostumbrado a un ritual cíclico que está siendo utilizado con altas dosis de oportunismo político.
Comentarios
Una reflexión muy interesante sobre un asunto que nunca deja de estar de actualidad...