El rey Juan Carlos era ya inviolable cuando ascendió al trono el 22 de noviembre de 1975 como sucesor de Franco como jefe de estado de la dictadura. Esa inviolabilidad era en realidad la misma impunidad que disfrutaba el dictador, una condición imprescindible cuando los caprichos tienen el rango de ley, y fue traspasada al rey sin solución de continuidad.
La continuidad de Juan Carlos al frente del estado fue una de las condiciones sine qua non impuestas por el poder político militar franquista para permitir el paso a una democracia de corte occidental. Y la impunidad también persistió con el novedoso nombre de inviolabilidad en el texto constitucional elaborado al efecto. Con la aclaración de no sujeción a responsabilidad alguna por si alguien dudaba del significado de la palabra.
Hay un debate entre juristas sobre si esa inviolabilidad se refiere o no únicamente a los actos derivados del ejercicio de su cargo. El hecho cierto es que hasta hoy ha prevalecido la postura de inviolabilidad para el total de sus acciones. Es decir, el equivalente a la impunidad de la que disfrutaba el dictador y el propio rey al sucederle.
Es por tanto inútil, salvo a efectos de inventario, tratar de investigar las supuestas corrupciones del rey emérito durante el tiempo que disfrutó de su puesto de jefe de estado. Algo que cambió el 19 de junio de 2014 al abdicar en un gesto orientado a la preservación de la institución monárquica tras salir a la luz su estrecha y oculta relación con Corinna zu Sayn-Wittgenstein. A partir de ese momento perdió su inviolabilidad y pasó a ser simplemente aforado. El rey podía ser imputado por cualquier delito, en particular por los supuestos de fraude fiscal y blanqueo de capitales que parece va a investigar el fiscal del Tribunal Supremo, el competente para ello debido al aforamiento del rey.
Aun así, los sectores más conservadores y monárquicos tratan de poner en duda que sea lícito investigar esos supuestos hechos delictivos, pues eso sería equivalente a atacar el sistema democrático español. Como dice Marhuenda: los que atacan al rey son los que quieren acabar con el espíritu de la Transición, la Constitución y la propia España. Para ellos, monarquía y democracia son conceptos inseparables y la Constitución del 78 es un marco incomparable que no puede ser tocado.
Pero la falacia de esa afirmación es evidente. No es España, es la idea de España que defienden y que en las últimas elecciones resultó claramente minoritaria en votos. Lo realmente democrático es investigar los delitos y castigarlos si se llegan a probar. Cualquier otra opción sería la comprobación definitiva de que el actual régimen hunde sus raíces en el régimen dictatorial anterior y no ha sido capaz de desprenderse de los efectos de ese origen.
Naturalmente, esa investigación provoca temblores en la institución monárquica que temen que adquieran la categoría de terremoto al avanzar el tiempo y la investigación. Algo comprensible al analizar las últimas encuestas al respecto que muestran que la monarquía pierde estrepitosamente el favor de catalanes, vascos, gallegos, españoles de izquierda y jóvenes. Algo inasumible en una institución supuestamente garante de la unidad de la nación cuya única justificación es por tanto el consenso a favor de la monarquía entre los ciudadanos (que no súbditos).
Veremos cómo avanza la investigación, pero cualquier cierre en falso debería ser tan demoledor para la monarquía como llegar a la certeza de la comisión de delitos por parte del rey emérito. Y es que el rey actual ha heredado del anterior su cargo y no parece dispuesto a renunciar a él. Algo inasumible si solo tienes a tu favor como mérito la velocidad punta de un espermatozoide.
Salud
Comentarios
Hace falta urgentemente eliminar a la monarquía de su ¿función? pública. Y si se pueden juzgar los delitos cometidos con carácter retroactivo, mejor, para que siente precedente, se repare el daño económico y que no se repita de nuevo.
Y así ya tendríamos la mitad del camino recorrido para salr del medievo feudal. Lo siguiente antes de poder progresar hacia el s. XXI sería desvincular a la iglesia y el estado: fuera Concordato y eliminación de ayudas públicas a todas las religiones. Hay que poner un sistema como el alemán, para que cada fiel ingrese un 9% adicional de sus impuestos destinado a su confesión favorita.
#3 la monarquía y el concordato, los dos pilares del franquismo heredados en nuestra constitución. Hay algunos más, pero éstos son los más gordos.
Pregunta de un crío de tres años: ¿Para que sirve un Rey? Respuesta de otro: Para salir en la tele en nochebuena. Conversación real, no he puesto ni quitado una coma. ¿Para que ha servido la Monarquía en esta situación tan grave y complicada en España? Para nada. (Que ni idea si en los demás países han servido para algo más, seguramente no, igual que aquí.) ¿Entonces para qué sirven los Reyes en todos los países? Para robar al pueblo, acumular riquezas, disfrutar de privilegios y hacerse fotos y dar discursos en navidad.
#8 Para los niños organizan concursos con la pregunta: ¿Qué es un Rey para ti? Claro que la respuesta que da el crío que mencionas no es válida para ganar el concurso. El adoctrinamiento empieza desde muy pequeños.
Este comentario lo puse en otra noticia, pero creo conveniente reproducirlo aquí:
1- No se le puede juzgar hasta que abdica
2- Tiene todo ese tiempo para encubrir su actividad delictiva
Esos privilegios por ser monarca son totalmente opuestos a los derechos fundamentales que señalan claramente que todos somos iguales ante la ley.
Es cierto que en España la monarquía tuvo su función histórica, permitiendo el cambio ya que fue una manera de tener contentos a los fachas, pero actualmente el mundo ha evolucionado (si lo preferís estamos en otra versión) y algunos programas del sistema empiezan a no tener utilidad y solamente están ahí consumiendo recursos.
La solución no es que Felipe abdique, pero sí que la monarquía tiene que ir diluyéndose de algún modo. No soy ingeniero social pero seguro que hay muchos ingenieros sociales que saben los métodos que hay que utilizar para ir diluyendo la monarquía y pasar al siguiente nivel. No de forma brusca, por los fachas, pero la obligación que tenemos como país democrático es esa, eliminar la monarquía del sistema.
Y añado algo que no está en ese comentario:
Muchos defienden la inviolabilidad del monarca diciendo que sus actos han de ser refrendados por alguien, y por lo tanto sí existe algún tipo de responsabilidad. Eso es verdad cuando son actos institucionales, pero en su vida privada el monarca no es refrendado por nadie y puede delinquir sin consecuencias jurídicas (las consecuencias pueden venir cuando abdica como es el caso).
En España la monarquía parlamentaria ha funcionado de bisagra para girar de una dictadura a una democracia, y punto. Esa era su función y ya la ha cumplido.
¿Qué otra función tiene un monarca en una democracia donde el poder reside en la voluntad popular y donde todos somos iguales ante la ley?
#5 La solución no es que Felipe abdique, pero sí que la monarquía tiene que ir diluyéndose de algún modo
Solo se irán si se les fuerza a ello, y se conseguirá simplemente por mayorías social. la monarquía no se puede mantener si la myoría del pueblo está en contra. No puedes pretender representar a todos para siempre si solo te apoya una minoría.
Es cuestión de tiempo, y aventuro que no mucho. Y yo no pienso dejar de denunciarlo.
Salud
#6 Haces bien en no cesar en tu empeño, yo solamente expongo mi opinión al respecto, y creo que desmontar el chiringuito, como desmontar cualquier chiringuito, lleva su tiempo y es un proceso. Y cuanto menos doloroso sea tanto para los que apoyan la monarquía como para el monarca, mejor para todos y más limpia será la operación.
La única transición real sería la destrucción total de la monarquía.
#1 de eso se trata, de eliminar una monarquía originada en el franquismo, e instaurar una república.
¿Se dice inviolable o inviolado? Porque yo diría que Corinna se la ha metido doblada cuando le levantó 46 millones de euros. Y al tipo se ve que le escoció bastante que envió a sicarios del CNI a atormentar a la muchacha.