La innovación siempre ha sido lo que ha diferenciado al creador del erudito, al 'niño' del 'camello' (en palabras de Friedrich Nietzsche), y si hay un campo donde los creadores han proliferado en los últimos años, ese es el de Internet. La Red llama de por sí a negocios novedosos, y si habíamos visto vueltas de tuerca en la forma de entender la música, el vídeo, las fotos y, en general, las relaciones personales, por qué no, en la forma de entender la cultura.