Si no quieren o no pueden verse, unos minutos antes de que uno de los padres llegue al punto de encuentro familiar (PEF) con su hijo, el otro habrá llegado ya y espera en una sala. El que viene con el pequeño entra con el niño. Un profesional del centro recoge al menor y lo lleva junto a la otra parte. Unos por un lado, otro por otro. ¿Para qué? Tres opciones: intercambiar al pequeño, visitas en el centro o visitas también ahí, pero supervisadas. Cumplen así el régimen estipulado después de la separación.
Comentarios
En los casos de divorcio, donde pueda haber utilización de los hijos, se sospeche que tal vez te puedan poner trabas al régimen de visitas, amenacen o hayan puesto denuncias de malos tratos, hay que pedir lo antes posible el recibir y dejar a los hijos en los puntos de encuentro familiar.
Suelen estar saturados, es dificil que se consiga, pero es una forma de autoprotección que evita facilmente males mayores.
Se que es impopular decirlo, pero la mayoria de los casos es porque las madres utilizan a los hijos como venganza con sus parejas, pagando los hijos las fustraciones de las relaciones de pareja.
#1 Lo que si es claro que por unos o por otras , los que sufren realmente son los menores , independientemente de quien sea el instigador/a.