Una muestra clara del valor que se atribuía a estos hombres está en el código wergeld. Este código marcaba las compensaciones económicas que se exigían a aquellos que eran declarados culpables de homicidio. Muy común en los países germánicos y en Irlanda, como era lógico para aquella época, el valor de la multa a pagar dependía de la clase social del fallecido. Así, no era lo mismo matar a un esclavo que asesinar a un obispo. Y dentro de las categorías importantes estaban los copistas.