El ruido constante de los tambores y las panderetas del músico lleva años atormentando a la comunidad, que ha agotado todas las vías de reclamación pacíficas. La gota que colmó el vaso fue el suicidio de una anciana se arrojó por la ventana traspasando el doble cristal y gritando “Pe pe pe pepepe pe pe” mientras se precipitaba al vacío. Como ni siquiera su muerte ha servido para poner fin al calvario, los vecinos han iniciado hoy una huelga de hambre, “Con razón el hilo musical de la prisión de Guantánamo recurría a grabaciones suyas" subrayan
Comentarios
Relacionada El Gobierno de Mariano Rajoy indulta a tres condenados por un delito ambiental acústico
El Gobierno de Mariano Rajoy indulta a tres conden...
cuartopoder.esMientras no hagan una cacerolada...