Lo más espectacular, con perdón de la palabra espectacular, fue el burro de chapa de 14 metros que todavía se puede ver en Atocha. Colas de gente, todas las que quisieras y más ¿Y lo bien que te lo pasas escuchando quejarse durante una hora a los de delante y a los de detrás? Hay quien hasta liga o hace amigos. No quiero despedirme en este post sin felicitar al que hizo el programa de la Noche en Blanco de este año. Es un gran publicista y vendería hasta una nevera a un esquimal.