“Si yo fuera tan mona como mi vecina…”, “si tuviera tanta pasta como mi jefe…”, “si a mí también me hubiera tocado la Lotería, como a mi primo…”, “si fuera tan gracioso como mi amigo Juan…”. “Sería feliz”. Ésa suele ser la respuesta a las variadísimas especulaciones que los envidiosos realizan continuamente sobre su vida, ya que son personas que, lejos de valorar sus propias cualidades, anhelan las ajenas. La envidia es, como la define el psicólogo José Elías Fernández, “un sentimiento de frustración insoportable ante el bien de otras persona
Comentarios
Pues yo la verdad, envidiar al prójimo solo la altura (y es que yo soy bajita) y es lo único que no puedo conseguir haga lo que haga, para todo lo demás como dice el articulista está el esfuerzo y la inteligencia.
La envidia es mala, a vosotros os jode y a ellos les resbala.